La pandemia por covid-19 ha alterado profundamente la vida de los ciudadanos y empeorado las perspectivas de crecimiento económico en todo el mundo. En América Latina y el Caribe amenaza, además, con revertir los avances de los últimos 15 años en la lucha contra la pobreza y en la reducción de la desigualdad de los ingresos. Gran parte de las mejoras experimentadas en la pasada década fueron el resultado de los programas de transferencias monetarias condicionadas, una herramienta financiera puesta en práctica hace más de 20 años. Consisten en entregas de dinero a poblaciones desfavorecidas con la condición de que los beneficiarios cumplan ciertas obligaciones que redunden en su desarrollo, como controles prenatales, vacunaciones o escolarización de niños.