“Me encantó tener gemelos a pesar de que ya había tres críos de menos de cinco años correteando por la casa. Vivíamos en una casa antigua, enorme, en una finca de dos hectáreas. Mi momento favorito del día era por la mañana, cuando me tumbaba en la cama a amamantar a los gemelos, uno a cada lado; luego llegaban sus hermanos y se metían debajo de la manta, y los perros también. Y yo allí, sepultada en carne y ruidos, los pensamientos se desparramaban por todas partes”. Esta escena que narra Jane Smiley en Un amor cualquiera (Sexto piso) describe lo que sería una lactancia con múltiples, que es aquella que se da con bebés de la misma edad y que en este caso compartían Joe y Michael, según cuenta Rachel, la protagonista de la novela. En el caso de que la lactancia sea con criaturas de edades diferentes, entonces hablamos de lactancia en tándem y, en general, suele ocurrir cuando amamantando a su hijo o hija, la madre vuelve a quedarse embarazada y decide no interrumpir la lactancia. Después, una vez nace el siguiente bebé, mantiene la lactancia con ambos.