Cuando Billie Holiday (1915-1959) comenzó a popularizar Strange Fruit, su madre le dijo: “¿Por qué te significas de ese modo?”. La hija contestó: “Porque puede mejorar las cosas”. “Pero te matará”, le advirtió Sarah. A lo que la cantante sentenció: “Ya, pero podré sentirlo. En mi tumba lo sabré”. La primera vez que cantarla casi le cuesta la vida fue en 1944, cuando un militar la llamó negrata (nigger, en slang) después de una actuación. La artista, roja de ira y con lágrimas en los ojos, rompió una botella de cerveza contra una mesa y se abalanzó sobre él con los restos cortantes de vidrio en ristre. Dorian Lynskey así lo relata en 33 revoluciones por minuto. Historia de la canción protesta (Malpaso). En otra ocasión bien puede decirse que le costó la cárcel: “Cantar aquel tema no me ha ayudado lo más mínimo”, se lamentaba Holiday en la revista Down Beat en 1947. “Lo canté en el Earle Theater hasta que me obligaron a parar”. Al día siguiente, la Oficina Federal de Estupefacientes del FBI la detuvo con acusaciones que la condujeron un año a prisión. Ella nunca creyó que fuese una casualidad.