Hace 20 años, la experta en enfermedades tropicales desatendidas (ETDs) Kelly Callahan y su equipo se encontraron al frente de una tarea singular: ayudar al actual Sudán del Sur —por aquel entonces todavía parte de Sudán— a poner en marcha su programa contra el tracoma, la principal causa infecciosa de ceguera prevenible del mundo. La tarea era singular porque ignoraban la magnitud del problema al que se enfrentaban. No sabían cuántas personas estaban en riesgo de la enfermedad ni dónde, y tampoco sabían a ciencia cierta cómo cambiar los hábitos de la población para prevenir la infección causante de la dolencia. Y todo ello en un territorio en conflicto, sin apenas infraestructuras y con más de 60 grupos lingüísticos. Buena suerte.