Después de agotar buena parte de su artillería pesada tras el fin del confinamiento, que no de la pandemia, las editoriales se han guardado poco material, aunque en algunas ocasiones muy interesante, para la segunda mitad este verano particular. Ya repasamos la eclosión de títulos y nombres de junio, todos válidos para pasar un gran rato este agosto, pero veamos qué queda. Hay algún gran nombre (sobre todo, el de Don Winslow), recuperaciones de clásicos (Charles Willeford o Edgard Allan Poe) alguna sorpresa francesa y una constante apuesta por el híbrido novela histórica-novela negra que tantos réditos ha dado. No hablamos ahora de clásicos contemporáneos como Philip Kerr o Ben Pastor y sus procedimentales ambientados en la época nazi (tan diferentes y tan extraordinarios en los dos casos) sino de una mirada aún más histórica. El año empezó bien con Niklas Natt Och Dag y su 1793 (Salamandra) —¡qué debut!— o el clásico francés Hervé Le Corre y su Bajo las llamas (Reservoir Books) y continúa a buen ritmo.