Los maullidos desesperados de un gato despertaron a los vecinos de una calle de Manacor (Mallorca) la madrugada del pasado sábado. Sobre las dos y media uno de los habitantes de un edificio de la zona se levantó de la cama y al asomarse a la ventana observó cómo en la calle un grupo de cuatro jóvenes habían atado a un gato con una cuerda y lo estaban agrediendo. Cuando el vecino bajó, el felino ya estaba muerto.