Si una novela puede contarse y no asoma el remordimiento de estar banalizándola, es que muy escasa literatura habita en ella. La nouvelle con la que Gauthier ha ganado el Premio Goncourt de primera novela se diría a primera vista una historia más de adolescencia insatisfecha y rebelde, o un modélico bildungsroman encerrado en un anónimo pueblo francés durante un tórrido verano.