Fármacos, mosquiteras e insecticidas. Cantidad de fondos y un escuadrón de medio millar de personas. Un equipo de investigadores se propuso en 2014 demostrar si con todos los medios existentes recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) era posible eliminar definitivamente la malaria. Para ello, probaron a suministrar medicamentos contra el paludismo masivamente a toda una población, les distribuyeron redes para protegerse de las picaduras de los mosquitos, vectores de la enfermedad, y se pulverizó insecticidas en todas las casas para reducir la densidad de los insectos. Lo hicieron en Magude, un distrito paupérrimo y rural a 150 kilómetros al norte de la capital de Mozambique, con 48.448 habitantes y 10.695 viviendas. Y ya se conoce el resultado: “El uso intensivo de las herramientas actualmente disponibles contra la malaria puede lograr una importante reducción en la carga de la enfermedad, pero no es suficiente para interrumpir su transmisión”.