Hay una ley básica en el arte de la composición y producción de canciones: piensa una estrofa de melodía agradable y tócala con los instrumentos básicos. Luego, deja para el estribillo la verdadera buena idea que guardabas para inflamarla con muchos más instrumentos y coros. Si la estrofa tiene una calidad de un 7 sobre 10, y el estribillo, de un 10 sobre 10, ve eligiendo mansión.