“Toda mi historia de mujer es la de una escalera que se va bajando a regañadientes”. La frase casi final de La mujer helada es la historia de su protagonista o de sí misma, ya que Annie Ernaux superpone lo autobiográfico para subrayar qué ha significado nacer mujer y crecer repleta de aspiraciones alimentadas por el espíritu revolucionario que vivió Francia en los sesenta y que poco a poco va evaporándose en esa escalera sin retorno que es la realidad.