De los muchos rincones naturales que ofrece Mallorca, el cabo de Formentor es uno de los más especiales. Ubicado en la punta septentrional de la isla balear, donde comienza (o termina) la sierra de Tramuntana (declarada patrimonio mundial en 2011), este entrante de tierra de frondosos pinares e hipnóticos atardeceres enamora a todo el que pasa por allí alguna vez. Eso le ocurrió al poeta y millonario argentino Adan Diehl en la década de 1920. Diehl acabó comprando el cabo entero e ideando junto a su mujer, María Elena Popolicio, la construcción del Hotel Formentor para compartir con el mundo “este paraíso”.