Diseñar es, en muchos casos, el arte de arriesgarse. Vender libros es, por el contrario, una empresa con tendencia a apostar por aquello que sabes que funciona. Y en esta dialéctica entre el riesgo y lo seguro navegan las portadas que llegan a las librerías en el mercado editorial español. La creatividad aparece en forma de ediciones fotográficas o ilustraciones que son destellos de originalidad, pero que están casi siempre constreñidas por los diseños típicos de cada editorial o colección, o por puestas en página que ofrecen al lector exactamente lo que este espera, sin dejar un mínimo espacio a la sorpresa.