Catar 2022 va a ser el mundial de los récords arquitectónicos. Cambiará la manera de pensar y diseñar los estadios. El 15 de junio se inauguró una de las joyas de la corona del próximo Mundial: el estadio Qatar Foundation, que funciona con energía solar. Un estudio español, Fenwick Iribarren, firma ese diseño sostenible en una tipología difícilmente sostenible: los llamados elefantes blancos –las grandes instalaciones– que dejan las olimpiadas, las exposiciones universales y los campeonatos del mundo. Este mes se terminan otros dos estadios ideados por los mismos arquitectos que, de nuevo, buscan hacer historia: el Ras Abu Aboud Road es el primer campo de futbol desmontable y reutilizable del mundo. El Aalthaumama –donde se celebrarán los partidos de cuartos de final– es también un diseño ingenioso: un campo menguante que reducirá su aforo a la mitad una vez terminado el mundial cuando de 40.000 espectadores pase a acoger 20.000.