El azar me llevó a leer la última creación de Leonardo Padura apenas había terminado de revisar Patria. Quería buscar algo distinto del relato opresivo de Aramburu. La sorpresa fue que, más allá de la distancia existente entre los problemas vascos y cubanos, había entre ambas novelas más de un punto de contacto. Eran relatos impregnados de la tristeza provocada por circunstancias políticas excepcionales, la dictadura de ETA sobre la sociedad vasca en Patria, las oleadas del exilio cubano en Como polvo en el viento, en las cuales se sucedían las acciones de los personajes al modo de piezas movidas desde el exterior sobre un tablero de ajedrez. El propio título elegido por Padura apunta en esa dirección. Con acentos trágicos en Patria, llevados por la fuerza del destino en Como polvo en el viento hasta un desconsolado happy end, que supone un regreso al punto de partida, resolviendo hasta cierto punto las frustraciones y las angustias de los protagonistas, sin el menor atisbo de felicidad.