Un verdor terrible es una obra de ficción basada en hechos reales. Eso nos dice su autor, Benjamín Labatut, que nació en Róterdam en 1980, pasó su infancia en La Haya y Buenos Aires y actualmente vive en Santiago de Chile. En realidad, este libro es una historia de los caminos que llevan a descubrir la física cuántica. Lo real son los actores de esta historia, matemáticos y físicos. Lo ficticio son sus historias personales, los avatares que los llevaron a estar en los sitios en los que estuvieron. Lo real es el titánico empeño que pusieron para llegar hasta donde llegaron. Pero en los intersticios, Benjamín Labatut conjetura estados de ánimo, fracasos, desorientación e incertidumbre. Tal vez incertidumbre sea la palabra clave en este libro. Benjamín Labatut ha ideado una manera originalísima para meternos en el meollo de las investigaciones que científicos como Alexander Grothendieck, Albert Einstein y Werner Heisenberg llevaron a cabo mediante intuiciones impensables, ecuaciones interminables, algunas de ellas rebatidas por otras aun endiabladamente más complejas. Pero este libro tiene una estructura narrativa. La tiene a pesar (o tal vez por ello) de su contenido teórico y especulativo. Tiene un comienzo, un nudo y un desenlace. Todo comienza cuando un personaje real conjetura sobre la naturaleza del electrón, sobre cuándo se manifiesta como partícula o como onda. Todavía estamos en el terreno de lo determinado, de la realidad que abraza y mide la física de Newton. Labatut enfila el nudo de su novela hacia el momento en que se van larvando las ecuaciones que conducirán al inesperado y casi epifánico final. Esta es una de las posibilidades de lectura de este soberbio libro. Un matemático o un físico, incluso un científico que se maneje con magnitudes infinitamente pequeñas o infinitamente grandes, tendría que hallar en estas páginas algo más que la historia de la física del siglo XX. Este libro nos narra cómo se llega a la conclusión de que no siempre todo lo que vemos sigue existiendo si nosotros no estamos para medirlo. Si sabemos cómo funciona una ecuación, Un verdor terrible nos será muy útil. Si no, habremos igualmente disfrutado de un relato magnético.