¿Qué hay en la cabeza de Jaume Plensa? Otras cabezas, cuerpos huecos de textura reticular o filiforme, sedentes, contemplativos, tatuados, iluminados con colores gominola sobre un bastón gigante. Están en todas partes y en todo el mundo. En plazas, parques y estanques. En un acantilado, frente al mar o dentro de él. En el lobby de un rascacielos de oficinas y en un jardín privado japonés. Son estatuas demostrativas de un diseño y escala vigorosos que atraen el gusto popular aunque solo percibamos en ellas el vacío pastoril de la naturaleza humana caída, también la soledad del artista más fuerte y más frágil, más intenso pero mucho más entregado a lo comercial de lo que algunos que le conocieron en sus inicios habrían imaginado.