El actor Randy Quaid acaba de anunciar que se va a Uganda a colaborar con la Cruz Roja y que probablemente nunca regrese. Esta decisión resultaría excéntrica si viniera de cualquier otra estrella de cine, pero es quizá lo más sensato que ha dicho o hecho Quaid en los últimos 10 años: el actor lleva una década atrapado en una esperpéntica espiral de delitos, huidas de la justicia y vídeos perturbadores. Él, por su parte, asegura que todo es un complot de una organización especializada en asesinar estrellas de Hollywood. Y todo empezó como empiezan las mejores y las peores historias: con una boda.