El 11 de septiembre, a las ocho de la tarde, apareció por primera vez. Desde entonces, fotografías, huellas, vídeos y rugidos —a los que habría que anteponer siempre la palabra presuntos— de una también presunta pantera negra han conseguido mantener viva una historia que la Guardia Civil no se ha creído nunca. Sin embargo, la alarma social en la localidad granadina de Ventas de Huelma (600 habitantes) y alrededores les obligó a montar un amplio dispositivo que ha durado alrededor de 10 días. En la otra parte, los vecinos de la zona, con su alcalde Luis Miguel Ortiz como portavoz, siguen convencidos de que hay o ha habido una pantera o “algún animal salvaje similar que puede haberse marchado asustado o que ha sido capturado por su dueño”. Algunos aseguran haberla visto y uno incluso haber oído sus rugidos.