¡Qué poderío tiene la compañía Matarile! Su espectáculo Daimon y la jodida lógica es de esos que quedan grabados en la retina por su fuerza visual. Y logra lo que pocos: no solo entra por los oídos y los ojos, sino por los poros. Cala físicamente y se instala en el cuerpo del espectador.