“Teníamos razón. Y no hay nada mejor que tener la confirmación práctica de una hipótesis”. Así mostraba su satisfacción el pediatra y epidemiólogo Quique Bassat tras conocer el estudio que demostraba que la apertura de las escuelas en España no está afectando a la incidencia de la pandemia, como ya ocurrió en Dinamarca o en Francia en la primera ola. Es la primera buena noticia que reciben las familias de los alumnos más pequeños, mientras observan con horror cómo fracasa la semipresencialidad y se van suprimiendo las primeras clases presenciales en la universidad y se confinan los primeros colegios mayores. Pero siempre hay motivos para el optimismo: esta semana nos detenemos en dos colegios, en Madrid y en Almería, gobernados por héroes cotidianos.