El golpe que acabó con todos los golpes, de Juan Francisco Fuentes, es la mejor síntesis que conozco del golpe de Estado del 23 de febrero. Su tesis central no es nueva —ni falta que hace—, pero sí exacta: ese golpe representa el fin de una tradición de intervencionismo militar que envenena la historia moderna de España; con él, concluyen todos los golpes. Pero, cabría añadir, sólo los viejos golpes. Al final del libro se interroga Fuentes: “¿Fue el procés una nueva forma de golpismo?”.