SI COCINAR PARA alguien una comida especial en una fecha señalada siempre implica decir “te quiero”, seguramente este año el mensaje sea más especial —y necesario— que nunca. Cuando estar juntos es el verdadero lujo, la trufa y las ostras se quedan en un segundo plano, y pasar el tiempo en la mesa se vuelve más importante que hacerlo en la cocina. El horno es un buenísimo aliado. Jugando con tiempos de cocción y temperaturas, podemos preparar unas verduras asadas acompañadas de carne, pescado o aves, además de entrantes, como el camembert con ajo, romero y vino del menú que aquí proponemos.
Utilizar algunos productos ya preparados como base para nuestras recetas —como los berberechos del falso ceviche del aperitivo— mezclados con producto fresco da mucho juego. Unos mejillones pueden convertirse en un rico paté marinero si los trituramos con una tarrina de queso en crema, y los clásicos huevos rellenos se actualizarán si les ponemos bonito en escabeche y unas piparras encurtidas picadas.
Que algunas de las preparaciones puedan dejarse listas —o casi— con antelación, también facilita las cosas en estas fechas. Si el día antes se hierven las patatas de la guarnición, se cocina la salsa de frutos rojos, el untable y la mousse —este postre agradece especialmente el reposo, que le permite coger cuerpo y textura—, la mise en place se soluciona fácilmente en cuestión de minutos. Si la dulce Navidad del villancico viene con más turrón del que debemos o queremos comer, una opción es rallarlo sobre macedonias de frutas de temporada para darle salida sin empalagarnos.