ACABA UN AÑO DURO. Un año de inseguridades, miedos y reflexión. Pero también de aprendizajes, complicidades y aplausos en el balcón. Este 2020 ha sido el de las videollamadas y los aperitivos virtuales a través de una pantalla. En ese contexto de distanciamiento social y soledad, las redes sociales se convirtieron en un campo de cultivo de iniciativas culturales, cómicas o personales que han ayudado a desconectar de la realidad, a huir de cifras malditas de la pandemia.