Esta foto sirvió en su día para ilustrar una noticia del periódico según la cual la masa de todo lo artificial ocupaba ya más espacio que la de los seres vivos. En otras palabras, que si cogíamos todas las ratas del universo y todos los pollos y todas las moscas y todas las vacas, así como todos los avestruces y todos los gatos y todos los canguros, y por supuesto, todos los hombres y mujeres del planeta… Si juntáramos toda esa carne y todos esos huesos y todos los miles de millones de hígados y ojos resultantes de esa recolección, la montaña de biomasa sería inferior a la suma de todos los rascacielos y todos los chalés adosados y todos los vagones de tren y todos los automóviles y todas las botellas de plástico o cristal diseminados por la corteza terrestre (añada usted, lector, lo que falta en esta lista: los zapatos, las aceras, los marcapasos, las esculturillas de los Oscar, las estatuas públicas, etcétera).