La nieve es una bendición. No lo digo yo, sino que escrito está en el refranero español: “Año de nieves, año de bienes”. ¿Por qué tenemos entonces tanto miedo a las nevadas? Sí, ya sé, nos entra el pánico porque no estamos necesariamente preparados para hacer frente a las tempestades de nieve, como sí lo están los países nórdicos. De hecho la palabra “tempestad” ella solita nos hace ya erizar los pelos de la nuca. Después de todo hemos vendido en el exterior una imagen de España como país de sol y de playa y nos la hemos creído. No viene a cuento, pero ¿cuándo dejaremos de bautizar a las tormentas y huracanes con nombre de mujer? Me parece un anacronismo seguir haciendo eso hoy en día.