Mucho ha cambiado en la animación española desde que, en los años 50, los míticos Estudios Moro recurrieran a las radiografías de los hospitales, que luego limpiaban, para conseguir los acetatos sobre los que desarrollaban sus proyectos de animación. Hoy no se trabaja con este material (que además era muy inflamable), y las toneladas de papel en las que cobraban vida sus personajes han dado paso a innovaciones tecnológicas como los lienzos y herramientas digitales. Desde que en 1995 Pixar creara Toy Story, la animación 2D convive con la 3D y otras técnicas menos extendidas como el stop motion, pero el fondo del trabajo en la 2D siendo el mismo.