No corren tiempos fáciles para las ONG. Mientras las causas para las que nacieron se hacen cada día más urgentes y relevantes, el modelo que les ha permitido desenvolverse durante décadas resulta alarmantemente inadecuado para los tiempos que corren. Parte está relacionado con un contexto desinformado, atomizado y digitalizado que diluye su papel como intermediario necesario; parte con su rigidez, endogamia y resistencia al cambio. El hecho es que el llamado tercer sector corre el riesgo de verse despojado de la credibilidad y la legitimidad que otorgan las sociedades en las que operan. Por tanto, debilidad política y financiera.