La pandemia ha dejado a la vista las costuras de un sistema que abandona en la cuneta a aquellos que no le reportan beneficios inmediatos. La precariedad forma parte del ADN del modelo económico actual, pero la coyuntura económica y social ha revelado las desigualdades, así como la ferocidad de una rueda a la que si uno no sube le pasa por encima como si de una apisonadora se tratara.