Puede considerarse un éxito que en tan pocos meses se hayan podido desarrollar vacunas contra el Covid-19 y rodearlas con la etiqueta de seguridad, pero no debe olvidarse que el valor de la universalidad, contemplado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la Agenda 2030, debiera presidir la lucha contra esta pandemia, incluyendo una justa distribución de las vacunas.