Señoras, ¿cuántas veces han escuchado lo de “como se nota que tienes la regla”? Esa es una. Una sola. Una que te sueltan a la mínima, en cuanto te plantas delante de cualquiera hombre y te niegas a que te hable mal. O le dices que deje de interrumpirte cuando hablas porque no terminas ni una frase. O cuando te niegas a soportar una sola de las bromas machistas que, de carril, te suelta en cuanto toma dos cervezas, casi siempre acompañado de una carcajada. No describo grandes conflictos. Muestro el día a día de cualquiera de nosotras por el simple hecho de ser mujer. Se nos cosifica, ridiculiza, ningunea y hasta se nos somete, por algo que proviene de nuestra educación. De siempre, se ha dicho que la mujer es diferente del hombre y eso, no sé por qué, implica que se nos chulee y menosprecie.