Durante las últimas fechas hemos visto como numerosas instituciones, tanto públicas como privadas, ampliaban sus compromisos de sostenibilidad para incorporar uno específico y vinculado a la descarbonización (Net Zero como dice la acepción inglesa), aunque eso sí, resulta extraño escuchar a la vez que muchas otras instituciones siguen invirtiendo en proyectos basados en combustibles fósiles o apoyando financieramente los mismos.