El sol y la playa, y más aún los 23 kilómetros de arenales de Varadero, vuelven a ser las joyas del turismo cubano en estos tiempos de pandemia. La covid-19 ha dejado a la mayoría de los clientes extranjeros en sus casas y cerca del 85% de los hoteles cubanos cerrados, pero un año de descanso obligado ha servido para que la naturaleza y las playas se regeneren, al tiempo que algunas de las instalaciones hoteleras más emblemáticas del famoso balneario cubano han podido realizar reparaciones importantes.