Un jardín cuida a quien lo cuida. Cualquier jardinero lo siente cuando termina por no saber si cumple con su tarea por el bienestar de sus árboles o por el suyo propio. Son muchos los psicoanalistas, y los jardineros, que consideran que de la separación entre la naturaleza y el individuo provienen muchas de las penas que nos afligen. La prisión de nuestro yo frente al bosque cambiante, paciente, resistente que acata las calamidades y celebra la vida.