A la hora de hacer testamento, las personas son libres de imponer ciertas condiciones a sus herederos. Las reglas sociales van cambiando, por lo que no es de extrañar que hace algunas décadas fuera frecuente que los esposos sin descendencia dejasen todo a su mujer o marido siempre que estos no volvieran a casarse. En realidad, la ley tan solo excluye aquellos requisitos que sean imposibles, ilícitos o inmorales. En cualquier caso, incumplir la última voluntad del fallecido puede derivar en una guerra judicial por la herencia.