El año es 2004. María Oruña, la futura dama del crimen cántabro, ya ha leído más de la cuenta a Agatha Christie pero aún no se ha atrevido a sentarse ante el ordenador a contar sus historias. Acaba de casarse. Está paseando por una ciudad europea cuyo nombre no puede desvelarse para que todo en su nuevo libro, un whodunnit a la altura de los clásicos, siga siendo un misterio. Da con una placa en alguna parte. La placa habla de una muerte extraña. Se dice: “Aquí hay una historia”. Luego el tiempo pasa. Aprovechando el despido improcedente del bufete de abogados para el que trabaja cuando se queda embarazada, empieza a escribir. Publica su primer libro, Puerto escondido, en 2015. Seis años más tarde, ha vendido más de 300.000 ejemplares de aquel y los otros tres libros de la serie. Decide que está lista para contar aquella historia.