Mas —el nombre que en Cataluña, Valencia y en parte de Aragón reciben las explotaciones agrarias, su vivienda y las casas de aperos colindantes— deriva del latin mansus que significa permanecer. Justo eso, permanecer durante tres siglos en el paisaje es lo que hizo esta vivienda más reformada que rescatada por el estudio del arquitecto Josep Lluís Mateo.