El acuerdo migratorio firmado entre la Unión Europea y Turquía en 2016 cumplió el pasado 20 de marzo cinco años. El documento, que suponía que Ankara controlaría los flujos humanos en la ruta del Mediterráneo y el Egeo, una de las más transitadas y complejas, ha estado rodeado de polémica desde su adopción, y trajo resultados inmediatos, aunque no duraderos. Actualmente, el pacto se encuentra paralizado y con un futuro incierto, pero desde el inicio de este año 2021, ambas partes han mostrado su voluntad de reactivarlo, y se han multiplicado los contactos, infructuosos hasta el momento.