Donald Trump bajó el sábado del helicóptero presidencial de regreso de Carolina del Norte y el viento de las aspas volvieron a jugarle una mala pasada. Su alambicado peinado se movió lo justo para mostrar la línea clara que separa el moreno naranja del blanco nuclear en su rostro. Una vez superado el impeachment presentado por el Partido Demócrata, la pregunta que se hacen muchos es: “¿Qué se echa el presidente de Estados Unidos en la cara?”.