¿Dick pic? Evitar anglicismos es un acto de buen periodismo, pero convengamos que evitar su traducción más directa es aquí un acto de elegancia. Ese término define la foto que un hombre se toma de su miembro para enviarla a otra persona, dentro del contexto de un cortejo sexual digital que es casi exclusivo del siglo XXI y tiene su denominación de origen en las redes sociales (sean estas de ligar o no: las fotos explícitas desbordan los mensajes privados de Instagram). Tampoco es del todo nuevo. En los noventa se podían enviar por Internet, aunque tardaban mucho más en llegar. En los ochenta se podían publicar en revistas de contactos, aunque había que pasar por el trago de que alguien las hiciese y alguien las revelase. Por haber, hay historiadores que creen que el poeta Walt Whitman se las hacía ya a finales del siglo XIX.