Wuhan ha terminado su cuarentena. Más de dos meses después, sus habitantes salieron a las calles a celebrar que el número de nuevos contagios de la Covid-19 se había reducido hasta un volumen manejable. Con las imágenes de la felicidad regresan los rumores sottovoce que alaban el autoritarismo: ellos lo han controlado porque pueden tomar decisiones rápidas y hacerlas cumplir entre su población, murmuran algunas voces.