“Cicatera”. Este juicio tajante, lanzado contra la moratoria de hipotecas y préstamos personales impulsada por el Gobierno y reflejado en una nota de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) resume la decepción difusa entre los consumidores hacia una medida cuyo objetivo es aliviar la merma de las finanzas personales que la crisis del coronavirus está provocando en muchos hogares. En el centro de todas las críticas están los requisitos para acogerse al aplazamiento del pago de la cuota, que también la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera “excesivos” y la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) tilda de “demasiado estrictos”. Solo uno de cada 10 solicitantes que cumplen con al menos una de las cuatro condiciones exigidas para demostrar la vulnerabilidad económica sin la cual no es posible acceder a la moratoria podría satisfacerlas todas, calcula la Asufin. Pese a ello, las fuentes del sector bancario consultadas aseguran que los solicitantes de algún tipo de suspensión de hipotecas y otros créditos estos días se están contando en decenas de miles.