Durante los meses de marzo y abril, ciudades de todo el mundo mostraron un panorama que no se había visto nunca en fotografías a color. Plazas, monumentos, aeropuertos, centros comerciales, lugares que solo semanas antes estaban abarrotados de gente día y noche, estaban, por culpa de un coronavirus del que nada se sabía cuatro meses antes, vacíos, cerrados a cal y canto. Una congelación forzosa que ha conducido a una de las más graves crisis económicas de la que se tiene memoria.