Si en todo periódico hay firmas que nos gustan y otras que no, ¿por qué no pagar solo por las primeras? Esa es a grandes rasgos la lógica que sostiene Substack, la plataforma que permite a muchos periodistas fundar newsletters de pago para sus lectores/seguidores. Ya hay algunas historias de éxito, todas en Estados Unidos, que actúan como cantos de sirena para profesionales de los medios que han perdido sus trabajos en los últimos años o están a punto de hacerlo. Las de gente como el comentarista político Andrew Sullivan, el periodista especializado en tecnología Casey Newton o la analista cultural Anne Helen Petersen, que están consiguiendo ganar en torno a 100.000 dólares al año (unos 85.000 euros)cobrando a sus lectores 5 por recibir sus textos directamente en el correo electrónico. Hay también medios pequeños como The Dispatch, una revista conservadora alojada en Substack, que generó un millón de dólares en sus primeros seis meses.