Cuando todo indica que cada vez hay más gente que piensa menos, y sobre todo entre los gobernantes —nadie hizo caso a los científicos que advirtieron del gran riesgo de una pandemia—, promover un juego que incita a pensar es muy apropiado. Jesús Medina ha logrado que una veintena de municipios de los Países Bajos instalen mesas de ajedrez al aire libre. Su tenacidad e ideas claras son una guía para España, el país de sus ancestros, donde varias ciudades han preferido los tableros gigantes.