CON 23 AÑOS, el ingeniero aeronáutico Ryan Yasin investigaba cómo compactar los paneles solares desplegables de un nanosatélite para su tesis de máster. El reto, explica este islandés residente en Londres, era plegar grandes estructuras de fibra de carbono de forma que ocupasen apenas unos milímetros. Basándose en la técnica del origami, con la que se familiarizó en Japón, Yasin desarrolló el prototipo que ha inspirado la innovadora apuesta de Petit Pli, su firma de moda infantil: un tejido capaz de crecer y menguar para amoldarse a los cambios físicos del cuerpo humano.