“Entre las lecturas más arriesgadas se encuentran aquellas cuyo contagio sugiere o impone cambiar de vida, escapar del mundo o transformar radicalmente la sociedad”, escribe Alfonso Berardinelli en el libro del que he ‘robado’ el título de este texto. Leer, dice Berardinelli, es peligroso, y es por eso que muchos libros han sido prohibidos a lo largo de la historia: es bien conocido por los ‘censores’ que la literatura y la lectura pueden ser demasiado ‘reveladoras’, pueden llevarnos a creer que es necesario desordenar lo establecido para luego ordenarlo nuevamente de una forma más útil, más justa, para nosotros y para la sociedad.